
El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercado por barandas bajísimas.

Como todos los hombres de la Biblioteca, he viajado en mi juventud; he peregrinado en busca de un libro, acaso el catálogo de catálogos ; ahora que mis ojos casi no pueden descifrar lo que escribo, me preparo a morir a una pocas leguas del hexágono en que nací.

Básteme, por ahora, repetir el dictamen:
La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible.
La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible.

No hay. en la basta Biblioteca, dos volúmenes iguales.
[...]
Afirman los impíos que el disparate es normal en la Bilblioteca y que lo razonable (y aun la humilde y pura coherencia) es casi milagrosa.
Afirman los impíos que el disparate es normal en la Bilblioteca y que lo razonable (y aun la humilde y pura coherencia) es casi milagrosa.

La Biblioteca es ilimitada y periódica. Si un eterno viajero la atravesara en cualquier dirección, comprobaría al cabo de los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden (que, repetido, sería un orden: el Orden. Mi soledad se alegra con esa elegante esperanza.

Jorge Luis Borges,
Fragmentos de "La Biblioteca de Babel"
Ficciones
Photos: G. M.
Fragmentos de "La Biblioteca de Babel"
Ficciones
Photos: G. M.